Hace unos días estuve en la ciudad de Ovalle, invitada por el radio Club Provincia de Limarí, CE2OV, en la ocasión festejaban  sus 30 años de vida y lo celebraban con la inauguración de una sala de Comunicaciones que se convirtió a pedido de la Gobernadora en el lugar en que se unirán las fuerzas de la ciudad en caso de emergencia, lo que para un radio club es motivo de orgullo. Si bien es cierto que tener una sede , mantenerla y además ampliarla es ya un gran mérito, lo que más llama la atención en este grupo de radioficionados  ovallinos o avencidados en esa ciudad es, su espíritu de trabajo en equipo y el amor que tienen por su radio club, lo que permite obviamente lograr las metas que se proponen sin sentarse a esperar que las cosas se den solas o que la directiva sea la que tenga que ingeniárselas para que funcionen, mientras los socios de piernas cruzadas se dedican además a criticar, como ocurre en algunas instituciones chilenas.

Cada clavo de esa sede, cada tarro de pintura, equipos y demases han sido logrados con el esfuerzo de cada uno de ellos y si se sienten orgullosos de lo que han logrado, nadie podría quitarles ese derecho muy bien ganado.

Al verlos participar ese día en que compartí con ellos varias horas, me acompañó en mi largo viaje de vuelta esta grata experiencia y  no pude evitar comparar este club con otros en los que las realidades son diametralmente opuestas.

Somos instituciones de voluntariado y por ende no debemos vivir en función de qué ganamos con estar en nuestro club o en nuestra federación, ya que al contrario, es con nuestro esfuerzo en conjunto que podemos salir adelante, porque creemos que podemos ayudar a conformar un futuro mejor, porque nuestras manos y cabezas las ponemos al servicio de un objetivo superior, porque si queremos prebendas y retribuciones materiales mejor busquemos otras actividades que nos las provean.

Si nos paramos con la frase "qué beneficio me da este club para ver si ingreso o no a él...o en qué nos beneficiamos al estar en la federación?, la verdad es que esa postura no  define precisamente el concepto amplio que significa ser radioaficionados y a estas instituciones, la verdad, tampoco debería interesarle que ingrese alguien a sus filas movido más por el interés de lo que van a obtener que por el amor a la radioafición.

El sacrificio que conlleva en tiempo, aporte personal ya sea monetario o de sus capacidades individuales,  permiten llevar adelante proyectos institucionales con el sólo entusiasmo de sus socios y a costa de un sinnúmero de horas-hombre dedicadas a este fin, pero, al término de la jornada como sucedió en Ovalle, en los rostros de esos hombres se refleja el orgullo del haber cumplido una nueva meta, sus pechos henchidos demostrando su capacidad y recursos, sus ojos humedecidos de varonil emoción al ver que lo que habían preparado con tanto cariño había salido perfecto.

Queridos amigos, ejemplos como éstos y como otros que tenemos en nuestros clubes nos dan la fuerza necesaria para seguir adelante cuando las tormentas amenazan nuestro navegar y nos refuerzan el norte que jamás debemos perder de vista, la búsqueda incansable del desarrollo de la radioafición chilena, sin egoísmos ni protagonismos sin sentido, la entrega desinteresada ayudando a la consecución de estos fines, si no estamos dispuestos a ello ,lo mejor es ser lo suficientemente honestos y dar un paso al lado y dejar que otro con mayor amor a este hobby quede en nuestro lugar.

CE4HBN

 

Federachi
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