Editorial
Por XQ 1 GIP  Argelia  Saa  B.

Estimados colegas tengan ustedes muy buenos días:

Se oye decir que vivimos una época turbulenta, catástrofes naturales, amenazas de agresiones nucleares, exterminio progresivo del medio ambiente, pérdida de la fe en el hombre y su destino, ensanchamiento del forado negro de la corrupción, del relativismo, de la desidia, de la intolerancia.

Sin embargo, también se suele escuchar que siempre ha sido así en la historia de los grupos humanos organizados.

Nosotros somos una institución con raíces, somos balance quejumbroso que nos ofrece el territorio que habitamos, la historia que nos cobija y nos sentimos responsable ante ello.

Y si bien es cierto que nos redime el ejemplo de algunos esclarecidos, profetas, científicos, filósofos o simplemente intrépidos aventureros o místicos religiosos; lo cierto es que. . ., debemos reconocerlo, poco hemos avanzado como humanidad.     Hemos avanzado rápido en descubrir las aplicaciones tecnológicas derivadas de la electrónica y que se supone una notable mejoría de nuestro diario vivir;  sin embargo, somos menos felices que antes.  Hemos avanzado muy lento, ciertamente, en el conocimiento de aquellos resortes que nos acercan a nuestros más preciados impulsos íntimos, a nuestros anhelos como seres humanos, a nuestra percepción solidaria para con el otro, con nuestro semejante, con nuestro familiar, con nuestro vecino, con nuestro colega de hobby.

Somos más distantes, más indiferentes, nos dejamos llevar por el orgullo, el ego que nada bueno trae.    Y por ello, que la preocupación de una institución como la nuestra, escencialmente humanista y solidaria, gatilla la conciencia y nos hace reaccionar, y el compromiso adoptado voluntariamente con nuestro hobby; nos debe hacer recapacitar y hacernos mejores radioaficionados,  no radionecesitados.

 

Desde adentro, mejorarnos, robustecernos, aquilatarnos, para pulimentar los  duros materiales que serán necesarios para corregir nuestros propios ripios, y con ello, contribuir al engrandecimiento de la radioafición chilena.

No es posible ver en los colegas la falta de compromiso, de responsabilidad, de interés; de radioaficionados que pertenecen a radioclubes  “Por voluntad”; porque nadie los obliga hacerse socios, es voluntad de cada uno. . ., pero aquí es donde se equivocan. . ., ya que cuando uno decide ser parte de la institución adquiere deberes y compromisos para con ellas.    No sirve decir que se es radioaficionado de tal o cual radioclub;  si su asistencia, no se ve, si su cooperación no existe, no cumple con sus deberes pecuniarios, no se les escucha en radio en ninguna banda.

Entonces, ¿para qué hizo curso y obtuvo una licencia?. . ., para agregar más tarjetas a la billetera?. . ., o para hacer notar un malestar que no se es capaz de decirlo y lo expresa provocando malestar  o,disociando entre sus pares?, nuestro caminar por las instituciones debemos hacerlo con respeto, con trabajo, la convivencia humana; para ser tal y permitir el desarrollo individual y colectivo, requiere de un sin número de normas o reglas de conducta que, las una; pertenecen a la intimidad individual, y las reglas que rigen la convivencia social, requieren para su efectividad, que contengan el más alto grado de aceptación posible para obtener su legitimidad.   La ética y la moral, en sus respectivos campos, han de ser las inspiradoras de las normas.

Tratemos de encausarnos y tomar el rumbo que nos piden las instituciones que nos cobijan, no nosotros, imponer lo que creemos, debemos respetar para ser respetados, tolerantes, asistamos con ánimo de ayudar, disculpar o aconsejar sincera y lealmente, se discreto, comunicativo y sincero, no critiques, ayuda, no te quejes, coopera a la obra, se tolerante con las ideas ajenas, ponderado en tus juicios, bondadoso en tus actos y así serás respetado y querido.    Si tienes un cargo dentro de la institución; coopera con celo, si no lo tienes; que tu actividad y constancia sean un ejemplo, pues las obras hablan más que las palabras.

Tolerancia social; definida ésta como la comprensión frente a opiniones contrarias en las relaciones interindividuales, relaciones que serían imposibles sin esta comprensión y partiendo de esta definición, que parece la más valedera, pues si haya algo que no se puede impedir, que está más allá de nuestra voluntad, que es independiente de nosotros mismos, nuestra actitud hacia aquello que no podemos impedir, no será tolerante, sino sumiso o resignado.     La tolerancia como virtud, depende de nosotros mismos, de nuestra voluntad, es una actitud razonable, que radica en la conciencia.

La conciencia nos permite cultivar la tolerancia en su más amplia acepción: tolerancia social, pero,  respondiendo que es una virtud consciente, debe impedirnos caer en la tolerancia peyorativa, que llamamos complacencia; que trae consigo un proceso social disociativo, pues la admisión de opiniones o posiciones débiles, nocivas o falsas, desune antes que une y no construye.

La tolerancia que debemos practicar, es la que elimina las violencias, aquella cuya práctica permite una verdadera y efectiva convivencia, y. . .,  la fraternidad, se define generalmente como la forma de “unión” entre hermanos o miembros de una sociedad.

Gracias colegas, buenas tardes.

 

Federachi
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